domingo, 2 de febrero de 2014

Una de Genios








Todo en la vida depende del ojo con el que se mire, y si ese ojo es el del gran Stanley Kubrick, y a éste le sumas una cámara fotográfica entonces entendemos por qué sólo tenía diecisiete años cuando se presentó en la redacción de la revista Look con un puñado de fotografías y cautivó de tal manera a los directivos que lo contrataron al instante como reportero gráfico. Y también comprendemos por qué  sesenta años después de ser tomadas , salen  al mercado algunas de las copias y al verlas nos da la impresión de que aquel hombre finalmente tenía razón cuando dijo aquello de que todo lo que puede ser pensado o escrito puede ser inmortalizado. Con una temática que abarca desde gente normal transitando por  las calles de New York a fotos de boxeo o cabaret, el gran Kubrick vuelve a estar en la boca de todos los amantes del arte en general. Los grandes genios son como los buenos de las películas; nunca mueren.

Lidia Fernández 

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